El nuevo sistema de justicia penal acusatorio adversarial parte de la premisa de que, en casos de delitos considerados como no graves por la ley, se pueda abrir la posibilidad a que las partes involucradas se sometan a alguno de los mecanismos alternativos de solución del conflicto penal.

Con esto, se deben privilegiar los escenarios de negociación y mediación sin que ello implique responsabilidad o reconocimiento de los hechos, con el fin de permitir que puedan llegar a un acuerdo sin tener que seguir con el proceso penal. Siempre se debe privilegiar la solución de conflictos en aquellos asuntos que legalmente procedan para evitar juicios innecesarios y sobresaturar al poder judicial.

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